
Rosalie Eldora Sindi Medar Gould e

Over the past few years, a troubling new trend at the international human rights level is being observed, where discourses on ‘protecting the family’ are being employed to defend violations committed against family members, to bolster and justify impunity, and to restrict equal rights within and to family life.
The campaign to "Protect the Family" is driven by ultra-conservative efforts to impose "traditional" and patriarchal interpretations of the family, and to move rights out of the hands of family members and into the institution of ‘the family’.
Since 2014, a group of states have been operating as a bloc in human rights spaces under the name “Group of Friends of the Family”, and resolutions on “Protection of the Family” have been successfully passed every year since 2014.
This agenda has spread beyond the Human Rights Council. We have seen regressive language on “the family” being introduced at the Commission on the Status of Women, and attempts made to introduce it in negotiations on the Sustainable Development Goals.
AWID works with partners and allies to jointly resist “Protection of the Family” and other regressive agendas, and to uphold the universality of human rights.
In response to the increased influence of regressive actors in human rights spaces, AWID joined allies to form the Observatory on the Universality of Rights (OURs). OURs is a collaborative project that monitors, analyzes, and shares information on anti-rights initiatives like “Protection of the Family”.
Rights at Risk, the first OURs report, charts a map of the actors making up the global anti-rights lobby, identifies their key discourses and strategies, and the effect they are having on our human rights.
The report outlines “Protection of the Family” as an agenda that has fostered collaboration across a broad range of regressive actors at the UN. It describes it as: “a strategic framework that houses “multiple patriarchal and anti-rights positions, where the framework, in turn, aims to justify and institutionalize these positions.”
Barbara Allimadi était une militante politique et des droits humains originaire d’Ouganda. En 2012, elle a coorganisé une manifestation contre l’agression policière télévisée d’Ingrid Turinawe, opposante politique dont le sein a été pressé par un officier de police. Durant la manifestation, Barbara et d’autres activistes se sont déshabillées et n’ont gardé que leur soutien-gorge devant le poste central de police de Kampala. Cet épisode fut par la suite désigné par la tristement célèbre « manifestation en soutien-gorge » en Ouganda.
« Nous avons opté pour une manifestation en soutien-gorge. Nous avons pensé qu’elle serait la plus appropriée par rapport aux faits. Ce n’est pas comme si nous étions en train de dire que nous ne nous respections pas. Nous étions dégoûtées par les actes commis. » - Barbara Allimadi, 2013 (Daily Monitor)
Diplômée en électronique et en ingénierie des communications de l’Université métropolitaine de Londres, Barbara était ingénieure réseau au Royaume-Uni et une fervente amatrice de musique reggae. Elle retourna en Ouganda en 2007, au moment du décès de sa mère.
En 2019, elle fut désignée Coordonnatrice pour les affaires internationales et la diaspora de l’Alliance for National Transformation (alliance pour la transformation nationale, ANT), un parti politique lancé la même année par un leader d’opposition.
« Nous voulons disposer d’une vie sûre et de biens, sans souffrance, sans blessure ni même de mort aux mains des forces de sécurité, qui sont censées nous protéger. Nous voulons surtout un environnement stable et propice dans lequel nous pourrons réaliser nos rêves et nos ambitions. » - Barbara Allimadi, vidéo de l’ANT
Barbara est décédée le 27 avril 2020.
« J’étais tellement fière de ma sœur pour plein de raisons, mais surtout pour sa recherche téméraire de la paix, de la démocratie, de la justice et de l’égalité en Ouganda. Au summum de son activisme, elle conduisait de nombreuses marches dans les rues de Kampala, jusqu’aux postes de police et au Parlement. » - Doris Allimadi, sœur de Barbara
« C’est avec une tristesse profonde que nous avons appris le décès précoce de Barbara Allimadi. Elle était une force vaillante, infatigable et courageuse pour le mouvement de libération en Ouganda. Nous adressons nos sincères condoléances à sa famille. Elle nous manquera terriblement. » - Akina Mama wa Afrika (tweet du 28 avril 2020)
« Le décès de Barbara est extrêmement triste pour nous, et pour toute sa famille. Elle s’est dévouée entièrement à lutter pour la justice, la liberté et les droits des autres, tout en servant la société civile jusqu’à sa récente adhésion au parti. » Maj Gen Mugisha Muntu, coordonnateur national de l’ANT
« Une soeur magnifique, charmante, drôle, charismatique et inspirante. Mes enfants ont perdu leur tante. L’Ouganda a perdu une combattante pour les libertés, brave et courageuse. Barbara disait autrefois “tant que vous pouvez respirer, continuez à agir pour atteindre vos rêves” » - Doris Allimadi, sœur de Barbara
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Remembering Edie Windsor (Video)
Hola de nuevo, y de nuevo, y de nuevo. Los he conocido y amado durante toda mi vida adulta, desde que los encontré, significativamente, después de graduarme de la universidad. Los había visto una vez antes. Fue cuando ustedes aparecieron como Betty Friedan en un programa de entrevistas de televisión en el Medio Oeste de los Estados Unidos, a finales de la década de 1960. En ese momento, la Sra. Wells (mi otra madre) y yo comentamos las ideas exageradas y disparatadas de las que esta mujer estaba tratando de convencernos. Desde entonces, década tras década, me he enamorado cada vez más profundamente de ustedes, mis amados movimientos, y he entendido y presenciado su genialidad política y teórica, su autoridad ética y moral, su creatividad, su alegría, y su amor, sobre todo. Casi sesenta años después, sé que somos compañerxs para siempre.
Los primeros años de nuestra relación fueron buenos. Yo estaba bastante autoinvolucrada (tratando de entender la identidad racial, de género y sexual; aclarando mis políticas, valores y ética fundamentales; completando mi educación formal), y ustedes me brindaron numerosos escenarios, centros sociales intelectuales y ambientes de contención acogedores donde y a través de los cuales pude elaborar los componentes fundamentales de la feminista y el ser humano en que me convertiría.
Los movimientos de mujeres predominantemente blancas de Cambridge y Boston, incluyendo Daughters of Bilitis [Hijas de Bilitis], fueron mi punto de partida. Eso me vino bien en ese momento, pero pronto me di cuenta de que deseaba algo más. ¡Poof! Mágicamente (descubrimiento casual), me conecté con un pequeño grupo de mujeres radicales, antiimperialistas, negras, socialistas y lesbianas y, pronto, nos convertimos en el Combahee River Collective [Colectivo del Río Combahee].
Esa temprana experiencia de Combahee -combinada con aprendizajes vitales críticos y, en particular, con las políticas raciales inmigrantes afroamericanas y coreanas de principios de la década de 1990 en los Estados Unidos- me prepararon para el viaje que me ha llevado a identificarme y a trabajar como feminista transnacional para enfrentar el militarismo y a dedicarme a imaginar otros mundos donde todos los seres vivos prosperen.
Los dos momentos críticos siguientes del movimiento de mujeres ocurrieron décadas después de los años de Combahee, pero estuvieron profundamente vinculados. Primero, fue conocer y ser invitada al movimiento feminista coreano que se estaba organizando contra las bases militares estadounidenses y apoyaba a las «mujeres kijichon» [«mujeres de confort»], las mujeres coreanas cuyas vidas (que para algunas incluía a sus hijxs mestizxs) giraban alrededor del variado servicio al personal militar estadounidense en las aldeas y los pueblos adyacentes a las bases. Las amadas feministas coreanas, especialmente Kim Yon-Ja y Ahn Il Soon (las primeras hermanas que conocí y con quienes viajé), me hicieron ver y comprender la importancia crítica de la nación como principio analítico y organizativo. El «toque final» fue vivir y trabajar en la Palestina ocupada. La difunta Maha Abu-Dayyeh me introdujo al movimiento de mujeres palestinas, con un comentario profundo: «puedes dejar Palestina, pero Palestina nunca te dejará». Cuánta verdad. Y todo mi trabajo y mis experiencias a través de muchas fronteras me llevaron a AWID, mi segundo hogar.
Como saben, amados movimientos, estar con ustedes no ha sido fácil ni simple. De hecho, son demandantes, están sistemáticamente plagados de contradicciones y, a veces, hasta resultan hirientes. No obstante, continúan creciendo y desarrollándose, a medida que sostienen mi propio crecimiento y desarrollo político, emocional y espiritual. Supongo que nos cultivamos mutuamente: un proceso muy profundo al cual dedicaré el resto de mi tiempo bajo mi forma actual.
El eje de ser/estar con ustedes todas estas décadas es esto:
Feministas que comprometen colectivamente sus cabezas, corazones, manos y espíritus para transformar nuestros mundos
¡Mucho amor, movimientos feministas!
Su Margo
alias DJ MOR Love and Joy
Wellfleet, Massachusetts, Estados Unidos
En tant qu’organisatrice, une personne ou organisation peut proposer un maximum de 2 (deux) activités. Cela ne vous empêche pas d’être partenaires dans d’autres activités.
Ester Lopes est une danseuse et une écrivaine dont les recherches portent sur le corps, le genre, la race et les rapports de classe. Elle est professeure de Pilates et enseigne l’art. Ester est diplômée en théâtre contemporain – processus créatifs (à la FAINC) et en danse et conscience du corps (à l’USCS). Parmi ses spécialisations musicales figurent le chant populaire et les percussions. Elle a suivi une formation à Novos Brincantes avec Flaira Ferro, Mateus Prado et Antonio Meira à l’Institut Brincante en 2015 et 2016.
Le corps est une entité puissante. En tant que femmes, notre corps est contrôlé, opprimé et policé depuis l'utérus. Notre apparence, nos mouvements, nos vêtements, notre façon de marcher, de parler, nos gestes et notre rire. Je me suis souvent interrogée sur les raisons des peurs patriarcales liées au pouvoir du corps féminin.
Là d'où je viens, le travail du sexe et les travailleur.se.s du sexe étaient évoqué.e.s avec un mélange de mépris, de dégoût, de fascination, de pitié et de condamnation.
J'ai entré en contact avec le travail du sexe et les travailleur.se.s du sexe pour la première fois à l'âge de 22 ans. À partir de simples conversations, assis.e.s en cercle, autour d'un café ou d'un thé, nous avons exploré la vie, les expériences, les pensées et les sentiments de chacun.e.
Pour les travailleur.se.s du sexe, le travail du sexe était le choix le plus intéressant parmi toutes les autres options : payer les factures, soutenir la famille, bénéficier d’horaires de travail plus flexibles, avoir des relations sexuelles. Tout comme j'ai choisi mon travail comme étant le choix le plus intéressant pour payer les factures, soutenir la famille, avoir des heures de travail plus flexibles.
Ces personnes, femmes et hommes, m'ont appris que je prenais mes propres décisions concernant mon corps... duquel je concentre sa vie et son énergie, si je l'utilise pour le plaisir ou la douleur, si je l'échange ou le donne librement, et comment je veux m’y sentir. Cette prise de conscience était aussi excitante qu’autonomisante.
Crear | Résister | Transform : un festival pour les mouvements féministes - 2021... vous m'avez accompagnée dans une série de moments qui ont changé ma vie (!!!)
Nous appelons cela des « événements », mais en réalité, vos espaces d'apprentissage féministes sont selon moi des lieux où je prends un peu de ce que j'ai en moi, un peu de ce que disent vos intervenants et un peu des discussions pour approfondir notre compréhension.
Partager... Participer... S'immerger...
dans la force, dans la vulnérabilité, dans le plaisir.
Être simplement la féministe transformatrice que je suis, sans prétentions, sans appréhensions...
Accueillir la féministe transformatrice que j'ai toujours été, sans même connaître le terme ou le reconnaître de cette manière ou en ces termes...
Trouver un foyer pour la féministe transformatrice féroce qui vit en moi...
Malgré la colère, la rage et la frustration de ne pas être traitée sur un pied d'égalité et d'être traitée comme « moins __ que ».
Je ne me suis pas toujours considérée comme une féministe ni reconnue dans le mouvement ou le discours féministe... En réalité, j'apprécie que l'on m'ouvre les portes, que l'on me tire les chaises pour m'asseoir, que l'on reconnaisse ma féminité en tant que femme.
Parfois, j'ai rejeté le patriarcat avec agacement, parfois j'ai réagi avec frustration et colère, mais je ne l'ai pas abordé... Je n'ai pas remarqué sa toxicité sinistre et insidieuse... J'étais assez privilégiée de pouvoir travailler à travers lui, d'y survivre, de le surmonter, d'exceller malgré lui... Je n'ai pas suffisamment remis en question, pas suffisamment défié, pas suffisamment repoussé mes limites... Je n'en ai pas fait assez...
se connecter avec les travailleur.se.s du sexe, explorer la sexualité, et les femmes pour la paix et la sécurité....
Jusqu'à ce que je prenne pleinement conscience et comprenne que les implications des privilèges et de l'oppression étaient intersectionnelles.
Jusqu'à ce que je réalise ce que signifie se battre pour la justice de genre et pas seulement pour « l'égalité pour tous ».
Je ne suis plus une praticienne et une animatrice, mais bien une praticienne et une animatrice féministe transformatrice.
Être féministe signifie que je vais agir
Plonger dans un avenir incertain, fragile, complexe (et peut-être assez violent)...
Je vous suis profondément reconnaissante et je promets de rester féroce dans la prise en compte et le redressement des questions problématiques liées au genre, à la race, à l'ethnicité, à la classe sociale, à l'orientation sexuelle et aux capacités, et de rester présente et fidèle à la lutte pour l'inclusion, l'équité et la justice.
Khin Khin
Yes please. The world has changed since 2021 and we invite you to submit an activity that reflects your current realities and priorities.
Across the world and social movements, those who want to innovate tend to feel lonely and powerless before the ‘movement status quo’. Historically, the AWID Forums have played a role in supporting these innovators by offering them a platform where their ideas and practices are welcomed and strengthened by the thoughts and actions of others – in different regions and communities – who have already explored them. Sara Abu Ghazal, Palestinian feminist in Lebanon, tells the story of what the Forums meant for a new generation of feminists in the MENA (Middle East and North Africa) region that introduced new ways of organising, new understandings of feminism and new issues to the regional women’s rights landscape.
يعتبر المنتدى الدولي الخامس عشر لجمعية حقوق المرأة في التنمية حدثًا مجتمعيًا عالميًا ومساحة للتحول الشخصي الجذري. يجمع المنتدى، وهو اجتماع فريد من نوعه، الحركات النسوية وحقوق المرأة والعدالة الجندرية ومجتمع الميم عين والحركات الحليفة، بكل تنوعنا وإنسانيتنا، للتواصل والشفاء والازدهار. المنتدى هو المكان الذي تحتل فيه نسويات ونسويو الجنوب العالمي والمجتمعات المهمشة تاريخياً مركز الصدارة، حيث يضعون الاستراتيجيات مع بعضهم/ن البعض، مع الحركات الحليفة الأخرى، ومع المموّلين وصانعي السياسات بهدف تحويل السلطة، إقامة تحالفات استراتيجية، والدخول في عالم أفضل ومختلف.
عندما يجتمع الناس على نطاق عالمي، كأفراد وحركات، فإننا نولد قوة جارفة. انضموا إلينا في بانكوك، تايلاند في عام 2024. تعالوا وارقصوا وغنوا واحلموا وانهضوا معنا.
متى: 2-5 ديسمبر 2024
أين: بانكوك، تايلاند؛ وعلى الانترنت
من: ما يقرب الـ 2500 ناشط/ة نسوية من جميع أنحاء العالم يشاركون شخصيًا، و3000 يشاركون افتراضيًا
We ramped up preparations for the 13th AWID international Forum, focused a lot of energy on the Post 2015 Development Agenda and Financing for Development processes, and continued the core work of our priority areas:
In response, we are moving out of our silos.
Increasingly, women’s rights and other movements worldwide are articulating the systemic and intersectional nature of these and other problems. We are making better connections with the agendas of other social and environmental movements for solidarity, alliance building and collective responses. We are also seeing greater visibility of these movements fighting for justice on the ground.
“Now might be a good time to rethink what a revolution can look like. Perhaps it doesn’t look like a march of angry, abled bodies in the streets. Perhaps it looks something more like the world standing still because all the bodies in it are exhausted—because care has to be prioritized before it’s too late.”
- Johanna Hedva (https://getwellsoon.labr.io/)
Hospitals are institutions, living sites of capitalism, and what gets played out when somebody is supposed to be resting is a microcosm of the larger system itself.
Institutions are set out to separate us from our care systems – we find ourselves isolated in structures that are rigidly hierarchical, and it often feels as if care is something done to us rather than given/taken as part of a conversation. Institutional care, because of its integration into capitalist demand, is silo-ed: one person is treating your leg and only your leg, another is treating your blood pressure, etc.
Photographer Mariam Mekiwi had to have surgery last month and documented the process. Her portraits of sanitized environments – neon white lights, rows after rows of repetitive structures – in a washed-out color palette reflect a place that was drained of life and movement. This was one of the ways Mariam kept her own spirit alive. It was a form of protest from within the confines of an institution she had to engage with.
The photos form a portrait of something incredibly vulnerable, because watching someone live through their own body’s breakdown is always a sacred reminder of our own fragility. It is also a reminder of the fragility of these care systems, which can be denied to us for a variety of reasons – from not having money to not being in a body that’s considered valuable enough, one that’s maybe too feminine, too queer or too brown.
Care experienced as disembodied and solitary, that is subject to revocation at any moment, doesn’t help us thrive. And it is very different from how human beings actually behave when they take care of each other. How different would our world look like if we committed to dismantling the current capitalist structures around our health? What would it look like if we radically reimagined it?