Anit-Racism Movement (ARM) / Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)

Áreas prioritarias

Apoyar a los movimientos feministas, de derechos de las mujeres y por la justicia de género para que sean una fuerza impulsora de retos a los sistemas de opresión y para la creación conjunta de realidades feministas.

Financiamiento de los movimientos feministas

Imagen promocional para la encuesta ¿Dónde está el dinero?

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En todo el mundo, los movimientos feministas, de derechos de las mujeres y aliados están enfrentando al poder y reimaginando políticas de liberación. Las contribuciones que sostienen este trabajo llegan de muchas formas, desde recursos financieros y políticos a actos diarios de resistencia y supervivencia.


La iniciativa de AWID Financiando a los Movimientos Feministas (FMF) echa luz sobre el actual ecosistema de financiamiento, el cual abarca desde modelos autogenerados a corrientes de financiamiento más formales.

Mediante nuestra investigación y análisis, indagamos cómo las prácticas de financiamiento pueden servir mejor a nuestros movimientos. Analizamos críticamente las contradicciones de «financiar» la transformación social, especialmente en vistas de la creciente represión política, las agendas anti-derechos y el creciente poder corporativo. Sobre todo, construimos estrategias colectivas para apoyar  movimientos prósperos, fuertes y resilientes.


Nuestras acciones

Reconociendo la riqueza de nuestros movimientos y respondiendo al momento actual, nosotrxs:

  • Creamos y difundimos alternativas: Difundimos prácticas de financiamiento que ponen en el centro las prioridades de lxs propixs activistas e involucramos a un amplio espectro de financiadoras y activistas para que desarrollen nuevos y dinámicos modelos para financiar los movimientos feministas, especialmente en un contexto en el que se reducen los espacios para la sociedad civil.

  • Construimos conocimiento: Analizamos, intercambiamos y fortalecemos el conocimiento sobre cómo los movimientos atraen, organizan y utilizan los recursos que necesitan para lograr cambios significativos.

  • Hacemos incidencia: Trabajamos de manera colaborativa, como  en el Consorcio Count Me In, para influir sobre las agendas de financiamiento y abrimos espacios para el diálogo directo entre/con los movimientos feministas para redistribuir poderes y dineros..

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¿Qué ocurre cuando fallece una feminista africana?

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El tipo de historias que no nos atrevemos a contarnos

Massan d’Almeida es una organizadora feminista de Togo y fundadora y presidenta saliente de la Réseau des organisations féminines de l’Afrique francophone (Red de organizaciones feministas africanas francófonas). La red es miembro institucional de AWID y se dedica a reforzar las redes y sostener a organizaciones y personas feministas en África Occidental y Central. 


Murió en soledad

No hace mucho, Elise Ama Esso Lare, una activista feminista de nuestro círculo, murió a la edad de 51 años después de batallar contra una larga enfermedad. Nunca había ganado un salario y, a pesar de todo lo que había trabajado en la vida y a causa de esa larga enfermedad, había gastado todo el dinero que tenía. 

¿Cuántxs de  quienes integramos nuestros círculos feministas estamos al tanto de esto? Exactamente nadie. No contamos con mecanismos para difundir este tipo de información. Lo que habitualmente compartimos son invitaciones a talleres y cosas por el estilo. ¿Y qué hacemos cuando unx de nosotrxs necesita apoyo? Exactamente nada. Activistas como nosotrxs no tenemos seguro de salud o estructuras para cuidar de nosotrxs mismxs, de modo que cuando unx se enferma, el dinero sale de nuestros bolsillos. 

¿Quién sepultó a esta feminista que falleció? ¿Quiénes fueron a su funeral? ¿Cuántxs de lxs demás activistas feministas de su círculo estuvieron allí para conmemorar su vida? Exactamente ningunx. Fue muy perturbador. 

Fallece activista feminista Elise Ama Esso (1966-2017)

Trabajo no remunerado, recursos cada vez más escasos

Hablemos de los factores económicos. 

En el África francófona, los salarios son extramadamente bajos, sobre todo en el sector público y el sector sin ánimo de lucro. Incluso quienes sí tenemos un trabajo remunerado estamos constantemente buscando la forma de ganar más dinero. 

Hablemos de la sucesión de conferencias internacionales sobre las mujeres y los movimientos internacionales por los derechos de las mujeres que surgieron desde 1975: México; Beijing, Nairobi. 

Esa era generó una breve racha de apoyo a los movimientos feministas, de tal manera que, de repente, parecía que había dinero para los derechos de las mujeres. Para algunxs, fue una forma de ganar algo de dinero. Podías crear una ONG, conseguir uno o dos subsidios, generar algo de trabajo, lidiar con el resto. Para algunxs, significó una oportunidad para obtener algunos recursos financieros, viajar, participar en ciertas conferencias, percibir algún dinerode viáticos. 

La realidad es bastante distinta. Es posible que hoy haya más financiamiento, pero los recursos que se destinan específicamente a los derechos de las mujeres siguen siendo escasos. Cuando miras a tu alrededor, muchas de las organizaciones existen únicamente de nombre, pues pasaron años sin financiamiento. Sin embargo, algunas personas todavía trabajan por pura pasión; algunas motivadas por su trayectoria educativa o intelectual o porque han tenido la oportunidad de conocer a otrxs activistas en reuniones, seminarios y conferencias. Se dicen a sí mismxs: «Puedo hacer algo». A veces el entorno las alienta: «Deberías crear tu propia ONG, eso es mejor que trabajar para la ONG de otra persona».

La proliferación de organizaciones y activistas afecta la calidad del trabajo, porque la capacidad y los recursos son extramadamente débiles y, por extensión, la motivación para llevar adelante una labor feminista en favor de una causa es débil. 

Historia de la creación de una ONG feminista

¿Las ONG son el mejor vehículo para el trabajo feminista? El hecho es que, fuera de la estructura estatal, las ONG parecen ser el único espacio desde donde puedes apoyar ciertas iniciativas. El paradigma ONG-sociedad civil es un formato que surgió de las conferencias internacionales sobre las mujeres desde México en 1975. En ese entonces, muchos países del mundo comenzaron a invertir en ministerios para las mujeres a través de sus estructuras para la ayuda internacional. Aun así, una pequeña fracción de esos ministerios estaban dotados de un presupuesto para ejecutar actividades concretas. Y debido a la mala gestión institucional y la corrupción, necesitabas un canal para redistribuir los recursos para los derechos humanos de las mujeres. Es allí donde las ONG y las organizaciones internacionales entran a jugar. 

Sin embargo ahora, el sector privado está usurpando nuestro trabajo. Existe una tendencia reciente de las corporaciones a iniciar proyectos que supuestamente trabajan por los derechos de las mujeres y la igualdad de género, como Shell por ejemplo, que inauguró proyectos en varios países.

Ahora las corporaciones pueden postularse para solicitar subsidios de forma directa ante quienes han sido desde siempre nuestros donantes. A menudo, las corporaciones reciben más financiamiento que las ONG, quizás debido a que poseen un modelo que da prioridad a generar lucro y mecanismos y herramientas que facilitan esa generación de lucro. La gestión basada en los resultados, por ejemplo, se ha convertido en un modelo de gestión proveniente del sector privado tan difundido que incluso las ONG la han adoptado. Debido a nuestras capacidades institucionales actuales, las ONG se parecen más a «individuos no gubernamentales» que a «organizaciones no gubernamentales». Están desprovistas de los recursos y las estructuras suficientes, lo cual alimenta un ciclo vicioso: cuanto menos financiamiento tienes, menos financiamiento recibes. 

¿Dónde está el dinero?

Permítanme contarles otra historia. El otro día asistí a un taller donde muchxs activistas estábamos reunidxs supuestamente para apoyar a una organización. Pero, de hecho, estábamos distraídxs. Lxs participantes estaban preocupadxs por el subsidio que había recibido la organización principal (en lugar de ellxs). Estábamos todxs haciendo ejercicios mentales para descifrar qué proporción del financiamiento habían gastado y cuánto de ese financiamiento iba a sus bolsillos. 

Y debido a esto, faltaba un sentimiento fuerte de compromiso entre nosotrxs. Nadie quería apoyarlxs por completo porque había una impresión bien clara de que se trataba de un juego de suma cero: el dinero que fue a esa organización era dinero que nadie más recibió. La verdadera cuestión por la que nos estábamos movilizando pasó a ser un tema secundario. Todo giró en torno al dinero –o a la falta de dinero.

Lo problemático es el hecho de que muchxs activistas no tienen salario. Trabajar de este modo es una batalla muy ardua. Está muy bien trabajar en cuestiones por las que unx siente una intensa pasión, pero muchxs de nosotrxs no cobramos sueldo. Con esto me refiero a lxs feministas francófonxs, porque lxs anglófonxs parecen haber resuelto este problema. Muchxs somos voluntarixs que tenemos cargos como los de «Presidentx», «Secretarix General» o «Tesorerx» y trabajamos sin remuneración. ¿Puedes imaginar lo que es trabajar sin salario por uno, dos o diez meses? ¿Cómo se puede vivir así?

Además, la calidad y la cantidad de financiamiento que estamos recibiendo en estos días no nos permiten sostener nuestros procesos de organización. Incluso en ROFAF, en ocasiones recibimos subsidios que ni siquiera nos permiten cubrir los costos de personal. Entendemos que esto se debe a que los gobiernos y las instituciones tienen que justificar ante su electorado los subsidios que nos dan, pero ese es un tema aparte. Lo que está claro es que pueden escoger entre venir aquí y «trabajar sobre el terreno» ellxs mismxs, o bien nos pueden dejar usar nuestros conocimientos y experiencia para hacer el trabajo. En lo personal, creo que esto constituye una violación a nuestro derecho a un nivel de vida adecuado, y esa es una cuestión sobre la que debemos atrevernos a hablar. Es inconcebible que no hablemos de estos temas con más frecuencia.

Estos son los tipos de historias que debemos atrevemos a contarnos 

Pienso en mis colegas, en mí misma y en la sostenibilidad de nuestros movimientos. Hoy en día, parecemos sólidxs, pero el día que algo nos ocurra, no sabemos con certeza en qué nos convertiremos nosotrxs mismxs o nuestra gente. Me hace pensar dos veces sobre el trabajo que llevamos adelante, los recursos que tenemos para trabajar y la forma en que trabajamos. La gente debe saber qué ocurre cuando fallece una antigua activista feminista africana de nuestro círculo. 


Acerca de ROFAF

La Réseau des Organisations Féminines d’Afrique Francophone (ROFAF) es una ONG institucional fundada en 2006. Tiene por mandato reforzar las redes y movilizar recursos financieros para promover los derechos de las mujeres en los países francófonos de África Occidental y Central. ROFAF ha sido miembro institucional de AWID desde 2008 y ha presentado una sesión sobre sus experiencias de trabajo en red a favor de la seguridad y el liderazgo de las mujeres en escenarios de conflicto y posconflicto en el Foro AWID 2016. 

 

Source
AWID

Veinte años de un profundo trabajo de resistencia en Haití

Veinte años de un profundo trabajo de resistencia en Haití

En 1970, los paramilitares del ya viejo dictador François Duvalier, tomaron por asalto, saquearon y ocuparon la sede de La Ligue Feminine d’Action Sociale [La liga de mujeres para la acción social, LFAS], en Puerto Príncipe. La LFAS fue la primera organización en Haití por los derechos de las mujeres, y se creó en 1934. Tras el ataque, las organizadoras de la Liga corrieron hasta el lugar y rescataron sus archivos, que habían sido arrojados a la calle. Las mujeres limpiaron el polvo de los archivos y volvieron a entrar a la sede para reconstruir el trabajo feminista que había quedado desperdigado casi por completo.[1]


Veintisiete años después, luego del golpe de estado de 1997 en Haití, un grupo de educadorxs y abogadxs feministas iniciaron un grupo de discusión y acción, la Asociación de mujeres Fanm Soley Dayiti (AFASDA, por sus siglas en francés). El grupo tuvo el objetivo de combatir los discursos machistas en torno a las elecciones impugnadas y la construcción del Estado y también discutir las problemáticas generales y transversales a la violencia de género.

Desde 1997, AFASDA ha colaborado con diversxs asociadxs para crear programas de apoyo para las sobrevivientes de violencia a través de servicios, campañas, capacitación en derechos de las mujeres, asistencia jurídica y talleres de liderazgo, en un contexto donde el 27% de las mujeres haitianas informan haber experimentado violencia física a manos de su esposo u otra persona ya a la edad de 15 años.[2]

Creada como una forma de resistencia, la misión de AFASDA es trabajar con las mujeres y las niñas haitianas para promover su desarrollo general, el respeto de sus derechos y también para reformular el problema de la violencia de género como sistémica más que como doméstica. [3]

AFASDA, afiliada a AWID desde 2016, ha colaborado en una gran campaña de movilización de mujeres y coordinado además un programa de promoción del diálogo nacional que se llevó a cabo con la colaboración de radios comunitarias.  

Al celebrar su vigésimo aniversario y con la fortaleza que dan la experiencia y las alianzas estratégicas, la organización lleva adelante su misión y busca nuevas oportunidades para que «las mujeres ejerciten todo su potencial y contribuyan de manera significativa a la reconstrucción del país». 

«Por ejemplo, nuestro último logro fue que se investigue, acuse y condene a un policía que violó a una joven estudiante, conforme a una nueva ley recientemente sancionada» comparte Elvire Eugène, directora ejecutiva de AFASDA y residente de Cap-Haïtien, una ciudad del norte de Haití. 

A nivel nacional, AFASDA participa activamente en la creación y gestión de diversas redes y plataformas, incluyendo la Coordinadora Nacional para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CONAP),  la plataforma Nap Vanse, la Concertación Nacional de Mujeres Víctimas de Violencia, y es una de las fundadoras de REFAGNO (Red de Mujeres del Extremo Norte).

AFASDA tiene más de 18 filiales en todo el país, así como comités locales y casi 3000 afiliadxs (mujeres, niñas y jóvenes) que participan en los procesos de decisión y dirección del trabajo como parte de una asamblea general.

AFASDA está comprometida con la lucha contra la violencia de género, sobre todo proveyendo apoyo psicológico y jurídico, concienciación, etc. Para contribuir a la disminución de los casos de violencia de género, AFASDA brinda apoyo jurídico a las víctimas, ofrece hogares temporarios y organiza seminarios de debate y actividades de concienciación para el público en general. 

«El trabajo que llevamos adelante con lxs asociadxs contribuye a la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas y a la reintegración social a través de la concientización pública y de las autoridades jurídicas y demás actorxs clave sobre las dificultades de la atención a las mujeres víctimas de violencia». La organización ofrece a las víctimas de violencia atención adecuada y facilita el acceso a servicios apropiados.    

«Somos también activistas, es decir, tenemos la responsabilidad de ir a otros barrios y hablar sobre violencia. En ocasiones, damos por sentado que la gente sabe en qué consiste la violencia, pero más tarde nos damos cuenta de que en algunos barrios eso no es así. Depende de nosotrxs darnos cuenta de esto y hablar con ellxs sobre violencia, porque en la oficina recibimos muchos casos que prueban que la gente desconoce qué es la violencia. A veces la padecen y no saben a dónde acudir. AFASDA representa un punto de referencia». 

El contingente haitiano en el Foro de Feminismos Negros y en el Foro de AWID 2016 estuvo conformado por varixs afiliadxs de AFASDA, como Cathy Elvariste y Myriam Dubuisson, que condujeron una sesión titulada «Hacia una coalición sólida de organizaciones de mujeres en los países francófonos del Caribe».  

«El último Foro de AWID nos abrió nuevas puertas y nos dio la oportunidad de conocer a activistas de diversos países».

«Esperamos que el seguimiento del Foro sea efectivo, que se tomen ciertas acciones y que todos los países del mundo se involucren en la lucha por el respeto sustantivo de los derechos de las mujeres».


[1] Para leer una narración afectuosa y exhaustiva sobre el movimiento de mujeres haitianas, te recomendamos: Sanders, Grace Louise. “La voix des femmes: Haitian Women’s Rights, National Politics and Black Activism in Port-au-Prince and Montreal: 1934-1986” [La voz de las mujeres: derechos de las mujeres haitianas, política nacional y activismo negro en Port-au-Prince y Montreal: 1934-1986]. 2013. 
[2] Puedes consultar: Gender-based violence, Rapid Assessment Report. UNFPA, 2016.
[3] Para una perspectiva sobre el estado del proceso de organización feminista haitiano para poner fin a la violencia contra las mujeres en los últimos 25 años, puedes consultar: Louis, Eunide. “Violences faites aux femmes en Haïti : État des lieux et perspectives”. Haiti Perspectives. Vol. 2. no. 3. Automne 2013.

Region
El Caribe
Source
AWID