UN Women / Flickr (CC BY-NC-ND 2.0)
Guatemala - Rural Women Diversify Incomes and Build Resilience
Left
Half
Left

Áreas prioritarias

Apoyar a los movimientos feministas, de derechos de las mujeres y por la justicia de género para que sean una fuerza impulsora de retos a los sistemas de opresión y para la creación conjunta de realidades feministas.

Construcción de economías feministas

La Construcción de Economías Feministas se trata de crear un mundo con aire limpio para respirar y agua limpia para beber, con trabajo significativo y cuidado para nosotrxs y nuestras comunidades, donde todxs podamos disfrutar de nuestra autonomía económica, sexual y política.

En el mundo en que vivimos hoy, la economía sigue dependiendo del trabajo de cuidado no remunerado o subvalorado que realizan las mujeres para ganancia de otrxs. La búsqueda del «crecimiento» solo expande el extractivismo, un modelo de desarrollo basado en la extracción y explotación masiva de los recursos naturales que sigue destruyendo a las personas y al planeta mientras concentra la riqueza en manos de las elites globales. Mientras tanto, el acceso a la salud, a la educación, a un salario digno y a la seguridad social se están convirtiendo en el privilegio de pocxs. Este modelo económico se asienta sobre la supremacía blanca, el colonialismo y el patriarcado.

Adoptar solamente un «enfoque de empoderamiento económico de las mujeres» es solo integrar aún más a las mujeres a este sistema. Ese ‘empoderamiento’ puede ser un medio temporal de supervivencia,  pero debemos plantar las semillas que hagan que otro mundo sea posible mientras derribamos los muros del que ya existe.


Creemos en la capacidad de los movimientos feministas de trabajar para el cambio con alianzas amplias que atraviesen distintos movimientos sociales. Al amplificar las propuestas y visiones feministas, nuestro objetivo es construir nuevos paradigmas para economías justas.

Nuestro enfoque debe ser interconectado e interseccional, porque la autonomía sexual y corporal no será posible hasta que todxs y cada unx de nosotrxs disfrute de sus derechos e independencia económicos. Queremos trabajar con quienes resisten y enfrentan el auge mundial de la derecha conservadora y de los fundamentalismos religiosos, porque no es posible ninguna economía justa hasta que no hagamos crujir las bases del actual sistema.


Nuestras acciones

Nuestro trabajo enfrenta al sistema desde adentro y expone sus principales injusticias

  • Promovemos agendas feministas: Enfrentamos al poder corporativo y su impunidad por los abusos de derechos humanos trabajando con aliadxs. Así nos asegurarnos de llevar a los espacios de decisión política las perspectivas feministas, de derechos de las mujeres y de justicia de género. Un ejemplo sobre el que puedes leer más es nuestro trabajo sobre el futuro instrumento legalmente vinculante sobre las «corporaciones transnacionales y otras empresas comerciales con respecto a los derechos humanos», en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

  • Movilizamos acciones solidarias: Trabajamos para fortalecer los vínculos entre los movimientos feministas y por la justicia impositiva, incluyendo el reclamo de que los recursos públicos perdidos a través de los flujos financieros ilícitos (IFFs, por sus siglas en inglés) sean usados para asegurar la justicia social y de género.

  • Construimos conocimiento: Brindamos a las defensoras de derechos humanos información estratégica que es vital para enfrentar el poder corporativo y el extractivismo. Contribuiremos a construir conocimiento acerca del financiamiento local y global para el extractivismo,y los mecanismos de inversión que lo sostienen.

  • Creamos y difundimos alternativas: Movilizamos a nuestra membresía y a los movimientos imaginando de manera colectiva economías feministas, y compartiendo conocimientos, prácticas y agendas feministas por la justicia económica.


«La revolución corporativa va a colapsar si nos rehusamos a comprar lo que están vendiendo: sus ideas, su versión de la historia, sus guerras, sus armas, su idea de inevitabilidad. Otro mundo no solo es posible, sino que está en camino. En los días tranquilos, puedo oírlo respirar».

Arundhati Roy, War Talk.

Contenido relacionado

La libertad de poder decidir qué hacer con nuestras vidas

La libertad de poder decidir qué hacer con nuestras vidas

«Mi sueño es que cese la violencia contra nosotras, que no haya injusticias,  que seamos visibles y respetadas en  la sociedad y no suframos más la estigmatización» dice Rosa Alma Ramos, trabajadora sexual salvadoreña, quien coordina  la Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales Liquidambar de El Salvador.

¿Cómo lograr entonces el sueño de Rosa? No en soledad. Junto a ella, otras trabajadoras sexuales desean ese cambio, y están convencidas de que en la organización está la fuerza. La asociación ya cuenta con una historia de casi nueve años. La Asociación se afilió a AWID en enero de 2017.


Los comienzos

Angélica Quintanilla, fundadora de Liquidambar

Durante las campañas electorales de El Salvador en 2009, el  candidato de la derecha, Norman Quijanos, del partido Alianza Republicana Nacionalista, prometió que quitaría a las trabajadoras sexuales de las calles de San Salvador. Angélica Quintanilla, una trabajadora sexual de esa ciudad, en alerta ante estas amenazas, se dirigió junto a otras diez mujeres aún no organizadas, a la Alcaldía municipal, donde pudieron hablar  con su titular,  Violeta Menjívar. A partir de esa y otras conversaciones se logró la creación del «Comité de Prevención de Violencia contra trabajadoras sexuales» que serviría como espacio de articulación y diálogo entre ellas, el gobierno local y las fuerzas policiales. 

Unos meses después, ya más organizadas, deciden llamar a la asociación Liquidambar. «Ese nombre significa para nosotras la libertad de poder decidir qué hacer con nuestras vidas, y cómo realizar nuestros sueños. Observa nuestro logo: hay un puente que representa todas las conexiones o los pasos  que necesitamos dar para encontrar lo que necesitamos» explica Rosa con una energía contagiosa. Nos cuenta que «el Liquidambar es un árbol que crece en zonas montañosas, muy elevadas por sobre el nivel del mar. Esos árboles tienen un bálsamo que corre de sus venas hacia el mar, y en el camino se lleva palitos  hojitas, una gran variedad de insectos, y al llegar al mar sufre transformaciones y se convierte en la única piedra preciosa de origen vegetal: la piedra de ámbar. Como esas transformaciones tan profundas y el color azul de los océanos, así es el potencial firme y bello, la energía  espiritual de la trabajadora sexual».

El trabajo sexual es trabajo

Liquidambar comenzó a funcionar «sin recursos ni apoyos» recuerda Rosa, pero luego fueron articulando con otras organizaciones locales e internacionales. La oficina se encuentra en la capital,  San Salvador, y allí se dedican, con el apoyo del Foro de ONG en la lucha contra el VIH a capacitar a las trabajadoras sexuales en educación sexual, prevención de HIV y ETS y también les ofrecen talleres para fortalecer su autoestima. 

En el Comité de Prevención de la Violencia contra trabajadoras sexuales hacen incidencia política con diferentes instituciones del gobierno nacional y  local para lograr la implementación de políticas públicas que mejoren las condiciones en que se realiza el trabajo sexual.

«La Global Network of Sex Work Projects y la Plataforma Latinoamericana de Personas que Ejercen el trabajo sexual nos apoyan en lo técnico y en prepararnos para la participación en foros internacionales, donde podamos hacer incidencia en la defensa y promoción de los derechos humanos de las trabajadoras del sexuales».

Para el Día Internacional de las Mujeres elaboraron una declaración donde reclaman que se lleve a plenaria el anteproyecto que legaliza el trabajo sexual, y  fue entregado a la Asamblea Legislativa por las trabajadoras organizadas.

Pidiendo respuestas desde articulaciones feministas

Liquidambar integra la Concertación Feminista Prudencia Ayala, que coordina a más de veinte organizaciones feministas de El Salvador, y también articula con Las Dignas, la Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos

«Según la Constitución Nacional, todas las personas somos iguales ante la ley, entonces: ¿por qué las mujeres que sufrimos violaciones, somos revictimizadas y nos siguen matando por el hecho de ser mujeres? ¿Por qué esos femicidios siguen impunes?» señala Rosa. «Es por todo esto que debemos participar en acciones, y aprender sobre y desde el feminismo. Por eso somos parte de la Red de Defensoras, y como Red estamos exigiendo a las autoridades correspondientes, por ejemplo la Fiscalía General de la República, que lleve adelante las investigaciones necesarias, que estas muertes no queden impunes, y que se protejan a las defensoras que realizamos las denuncias».

Según la declaración de Liquidambar solo el 10% de las trabajadoras realizan y dan continuidad a las denuncias sobre situaciones de violencia institucional. El 90% que no denuncia da como razón fundamental el miedo a represalias y la falta de confianza en el sistema de justicia.

Más allá del miedo

El 6 de mayo de 2016 asesinaron a Angélica Quintanilla, la líder que reunió aquel primer grupo de trabajadoras sexuales por primera vez en 2009. Rosa recuerda a la fundadora de Liquidambar como una mujer de carácter fuerte, que hacía lo que fuera necesario por llevar adelante sus principios e ideas. El suyo es justamente uno de los crímenes que sigue impune. Después de su muerte, algunas mujeres dejaron el grupo, pero otras se quedaron, convencidas de la necesidad de seguir resistiendo organizadas. Pero el miedo era muy tangible y fuerte. Una vez más, como al momento de su creación, las mujeres de Liquidambar se rearman, miran hacia adentro, buscan cómo sanar y sobrellevar el miedo. 

Tras el asesinato de Angélica, tuvieron que mudar la oficina por cuestiones de seguridad. «Estamos en una más pequeña pero es más acogedora. Hemos trabajado mucho para poder remover el miedo que sobrevino luego de su muerte. La fundación American Jewish World Service (AJWS) nos ayudó con capacitaciones con enfoque sistémico para salir con menos miedo y volver a las calles empoderadas».

El caso de Angélica no es un caso aislado. Liquidambar denuncia ese y otros de los 35 recientes asesinatos de trabajadoras sexuales, solo en 2018, como femicidios. 

«La amenaza es tan real, se vive todos los días. Proviene de las pandillas o maras, pero también viene del estado y de aquellos que se sienten dueños de las zonas de comercio sexual».

Desafíos que no las detienen

Rosa nos cuenta que «la gran mayoría de las compañeras provienen de poblaciones donde la pobreza es extrema. Quienes hacen su trabajo en la calle, deben enfrentar las amenazas y el pedido de ‘renta’ por parte de las pandillas, para poder tener derecho a trabajar en ciertas zonas, y a veces todo esto causa la falta de clientes».

A esto hay que sumarle  la violencia institucional, los ya mencionados casos de femicidio, el estigma y discriminación por parte de la sociedad salvadoreña. «Hemos trabajado en capacitaciones para sensibilizar al personal uniformado, y aprovechamos esas ocasiones para denunciar a quienes nos violentan».

Capacitacion con personal uniformado

Para combatir la pobreza de las trabajadoras sexuales Liquidambar tienen muchos proyectos pero la falta de recursos complica la realización de algunos de ellos. La asociación le reclama a las autoridades locales políticas y acciones que reconozcan a las trabajadoras sexuales y su necesidad de sostenibilidad laboral. «Les pedimos que nos capaciten con talleres de emprendedurismo, por ejemplo, poder elaborar dulces, o que nos apoyen para poner una guardería para cuidar a las/os hijas/os de las trabajadoras sexuales».

Rosa señala que están buscando los fondos para el capital semilla para crear un comedor dirigido por ellas mismas. «Ese es un proyecto que quedó pendiente de la época de Angélica».

Las mujeres trabajadoras sexuales de El Salvador se organizan, salen a la calle y disputan los espacios de decisiones para reclamar por sus derechos, lo que no solo les permite mejorar su calidad de vida sino la de su familia o las personas que tienen a cargo. El trabajo sexual es trabajo y es tiempo que eso se vea reflejado en las distintas políticas que lleven adelante los estados.

Source
AWID

Project X: Contar las «historias no contadas» del trabajo sexual

Project X: Contar las «historias no contadas» del trabajo sexual

Una organización que trabaja por los derechos de lxs trabajadorxs sexuales en Singapur se enfrenta al estigma y la discriminación que provocan violencia contra lxs trabajadorxs sexuales y sus comunidades.


Bella es una mujer trans migrante trabajadora sexual, afincada en Singapur. Este es su testimonio:

«Ellos [la policía] nos tratan como terroristas, destruyen nuestra habitación [durante las redadas]. No nos gusta ser tratadxs así, como si fuéramos criminales. Vienen a molestarnos, pero no nos dan [una] licencia ni nos ofrecen trabajos en Singapur. Queremos [una] licencia, pero el proceso no es simple. Algunos trabajos también requieren que nos cortemos el cabello y seamos como hombres. Por eso hacemos trabajo sexual.»

Bella contribuyó con su historia a un informe presentado al Comité para la eliminación de la discriminación contra las mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés), en ella se muestran los numerosos desafíos legales, sociales y económicos que enfrentan en Singapur las personas migrantes y lxs trabajadorxs sexuales, así como las mujeres trans.

Tomemos por ejemplo la violencia policial que enfrentan lxs trabajadorxs sexuales, y el hecho de que son tratadxs primordialmente como criminales, y no como trabajadorxs. Muchxs trabajadorxs sexuales en Singapur se mueven en un ámbito jurídicamente incierto, ya que la ciudad-estado considera que su trabajo es ilegal pero «el gobierno les permite operar dentro de zonas rojas determinadas, en burdeles regulados y monitoreados por la policía, a pesar de la ley». Si bien algunxs trabajadorxs sexuales pueden obtener una «tarjeta amarilla» (una especie de licencia), otrxs no son consideradxs aptxs si tienen más de 35 años, si no provienen de alguno de los países listados (como China, Vietnam, Tailandia, Malasia y Singapur), o si no son reconocidxs legalmente como mujeres.

Lxs trabajadorxs migrantes sufren restricciones todavía más duras, y aquellas impuestas a lxs personas consideradxs «ilegales» son todavía peores, ya que el riesgo de deportación es una realidad cotidiana.

Las personas trans son extremadamente vulnerables al estigma social y a la discriminación, y en consecuencia tienen dificultades para encontrar trabajo en una sociedad llena de prejuicios contra ellas. Las representaciones de lxs trabajadorxs sexuales en los medios a menudo no ayudan a desmantelar el estigma: por el contrario,

 «Su representación sensacionalista de lxs trabajadorxs sexuales lxs degrada y lxs deshumaniza, alentando el prejuicio público, alimentando aún más el estigma que causa ostracismo social, discriminación laboral y violencia.» (Informe de partes interesadas para la 68a. sesión del CEDAW de trabajadorxs sexuales de Singapur)

Project X aboga contra los obstáculos sistémicos que sufren lxs trabajadorxs sexuales en sus vidas y su trabajo. Es, en Singapur, la primera y única organización de trabajadorxs sexuales basada en los derechos, y, con una programación variada, hace mucho por modificar a través de la educación pública las nocivas ideas convencionales sobre el trabajo sexual y las personas que realizan este trabajo. Como dice Vanessa Ho, la directora de Projecto X, «el trabajo sexual es un tópico sobre el que nadie quiere hablar.»

Untold Stories [Historias no contadas]

Para transformar el silencio en historias, imágenes, voces y diálogo, la organización trabaja con socixs y aliadxs en los medios de comunicación y en campañas de concientización del público en forma de escritos, fotografías o caricaturas humorísticas.

En 2017 la organización se asoció a Dear Straight People [Queridas Personas Heterosexuales], una destacada publicación virtual LGBT, para presentar «historias no contadas» relatadas por trabajadorxs sexuales. Estas muestran que lxs trabajadorxs sexuales no tienen una experiencia unificadora, pero que todxs tienen historias únicas e interconectadas. Lo más importante es que quienes han vivido esas historias son quienes las narran. He aquí algunas de ellas:

Sandhya, 40: «Provengo de una familia de ministrxs. Mis tías y mis tíos eran todxs pastores y líderes de culto, por lo que me resultó bastante difícil transicionar. Para ellxs era la máxima traición. No podían entender por qué yo estaba transicionando, y me recitaban párrafos de la Biblia que decían por qué transicionar era un pecado. [...] Cuando vino mi tío pastor, le dijo a mi mamá que era hora de que me aceptaran. Dijo que si ellxs no me aceptaban, el público tampoco me aceptaría...»

Sherry, 25: «Si hace cinco años me hubieran preguntado qué estaría haciendo ahora, jamás habría pensado que estaría trabajando como activista en Project X y hablando con personas del público y educándolxs sobre el trabajo sexual...»

Qistina Asyurah, más conocidx como Echa, 37: «Soy muy buenx cocinerx, y mi objetivo es abrir pronto mi propio puesto de comida musulmana. Vengo de una familia de buenxs cocinerxs. En este momento estoy ahorrando. Mi plato característico es el ayam lemak chilli padi...»

Imagen de Sisters [Hermanas], un documental para el que Project X colaboró con el fotógrafo Kyle Ngo
Imagen de Sisters [Hermanas], un documental para el que Project X colaboró con el fotógrafo Kyle Ngo

El movimiento importa

En agosto de 2016, Project X se incorporó a AWID como miembro institucional. Además de trabajar en la educación del público y la concientización de los medios, la organización afirma que la interseccionalidad y la construcción de movimientos son importantes para generar el cambio y la justicia sociales. Resulta indispensable crear solidaridad, establecer asociaciones y fortalecer alianzas. Para más información sobre Project X y cómo involucrarte, visita su sitio web.

Para más información sobre Project X y cómo involucrarte, visita su sitio web.

Source
AWID

El feminismo de Adebisi: Moldeado por el pasado, sostenido por el presente

El feminismo de Adebisi: Moldeado por el pasado, sostenido por el presente

Acerca de una escritora y fotógrafa de Nigeria y las fuerzas ancestrales que llevaron a su tipo de feminismo.


Para Adebisi, la alarma suena todos los días a las 3:00am. Ella dice que es parte de su motivación para escribir, algo que ha hecho desde la escuela primaria. 

«Desistí de entrar a la universidad porque pensé que nadie me tomaría en serio como escritora.» 

Diez años después retomó la costumbre. Si ignora la alarma, dice, «Extraño tanto escribir que corro de vuelta hacia eso.»
 
A través de su práctica de escritura, Adebisi indaga en cuestiones conectadas con el feminismo, el género y temas que tienen un fuerte contexto social y político. Ha escrito sobre el casamiento infantil en Uganda, el fin de la violencia sexual en la República Democrática del Congo, sobre el auspicio de eventos de tecnología para mujeres, sobre nutrir la propia creatividad, sobre los estereotipos de género en el trabajo y en otros lugares. 

Adebisi Adewusi

Genealogías de la resistencia ​ 

De entre toda su obra, Adebisi señala que su trabajo favorito es «Finding Biko: The Spirit of Black Consciousness Lives Among Born-Free South Africans» [Descubriendo a Biko: El espíritu de la consciencia negra vive entre lxs sudafricanxs nacidxs libres], un artículo publicado en OkayAfrica, una plataforma mediática que destaca el activismo, el arte y la cultura de toda África y su diáspora.

En el artículo ella describe en profundidad cómo la actual generación de activistas sudafricanxs del movimiento #FeesMustFall (un movimiento por la gratuidad de la educación) estuvo influida por su predecesor, Steven Biko, quien impulsó el Movimiento de Consciencia Negra y luchó por la liberación negra en Sudáfrica. 

«Treinta y nueve años después de su muerte, Biko sigue inspirando la lucha por la libertad en Sudáfrica. Esta vez la lucha no es por liberarse del gobierno de la minoría blanca, sino por el desmantelamiento de un sistema que condena a la generación de sudafricanxs negrxs nacidxs libres a un círculo de exclusión. (Adebisi, OkayAfrica)»

«Sin dudas, para unx observadorx agudx de la historia de Sudáfrica inherente a los movimientos #RodhesMustFall [RodhesDebeCaer], #FeesMustFall [LasCuotasDebenCaer] y #OpenStellenbosch [AbranStellenbosch], este despertar político (es) parecido al que se dio entre lxs jóvenes en el Alzamiento de Soweto el 16 de junio de 1976. (Adebisi, OkayAfrica)»

«Esta es la forma en que la generación sudafricana nacida libre abraza la filosofía de Biko acerca de la Consciencia Negra, que dice que «el hombre negro debe rechazar todos los sistemas de valores que busquen convertirlo en un extranjero en su país de nacimiento y reducir su dignidad humana básica». (Adebisi, OkayAfrica)»

Feminismos intergeneracionales

De la misma forma en que traza conexiones entre el activismo de Biko y el movimiento Debe caer en Sudáfrica, Adebisi es consciente de cómo sus propias ideas sobre género fueron influenciadas por los feminismos de su madre y de su abuela (que ellas nunca llamaron así).

«Mi abuela materna trepaba a los árboles y se rehusó a casarse con mi abuelo. La hija de mi abuela sabía demasiado. Ella era el tipo de mujer con la que la mayoría de los hombres no se sienten cómodos. Estas mujeres africanas fueron las primeras feministas que conocí incluso si ellas nunca se identificaron como tales. Por eso, cuando la gente dice que el feminismo no es africano, sonrío.»  

La joven creativa describe su trayecto hacia el rechazo de estilos preformateados de feminismo y hacia la posibilidad de delinear una versión propia, una que sea adecuada para su contexto y sus necesidades. «Me inclino más por ver al feminismo como una práctica diaria y sostenida», dice. Adebisi señala que hace algunas elecciones no porque haya algún punto específico que probar, sino que son parte de su espacio y del poder estar cómoda allí:

«Por ejemplo, sostengo una cámara porque lo amo, no porque quiera demostrar que las mujeres pueden captar mejor los momentos. En consecuencia, para mí el feminismo no es una ideología de la competencia.»

Si se lo preguntan, Adebisi nos dijo que su abuela feminista dejó de trepar a los árboles y finalmente se casó con su abuelo. Pero, como ella dice:

«Probablemente ya se habían imaginado esa parte.» 

La búsqueda de Adebisi

Adebisi se unió a AWID como miembra individual en mayo de 2017. Mantiene un ritmo dinámico como escritora y fotógrafa freelance y como bloguera de Nigeria. Dirige la plataforma en línea The Female Orator, que «fue creada para informar, educar e inspirar a las mujeres africanas mediante la difusión de contenidos vinculados con ellas». 

Sus escritos han sido publicados en African Feminism, OkayAfrica, Circumspecte, SheLeadsAfrica y el Huffington Post. Tiene un gran manejo de los temas contemporáneos, pero también reflexiona sobre cuáles fueron los factores que la llevaron hasta allí:

«Como feminista de la tercera ola, todavía sostengo el feminismo de mi madre. Mi conexión con el pasado se debe a que todavía es mucho de mi presente. Esto es porque todavía me muevo en espacios donde prevalece el sexismo. Todavía buscamos el cambio y la igualdad como en la segunda ola.» 

Los espacios de los que habla Adebisi, donde todavía existen el sexismo, la injusticia social y la desigualdad, donde se encuentran los feminismos de la segunda y de la tercera ola, son puntos de convergencia entre el pasado y el presente. Aquí, los legados y las luchas de los feminismos de nuestras antepasadas se intersectan con los nuestros. Aquí también encontramos oportunidades increíbles para una energía renovada y para el cambio al tiempo que nos adentramos en nuestros futuros feministas


Sigue a Adebisi @biswag, dale una mirada al Female Orator y puedes ver más de su trabajo fotográfico aquí abajo.

Mujeres de un asentamiento Fulani. Ubicación: Moboluwaduro, asentamiento Fulani, Ilorin sur, estado de Kwara, Nigeria. 15 de julio de 2017.

 

Mujeres de un asentamiento Fulani. Ubicación: Moboluwaduro, asentamiento Fulani, Ilorin sur, estado de Kwara, Nigeria. 15 de julio de 2017.
Niña de un asentamiento Fulani. Ubicación: Moboluwaduro, asentamiento Fulani, Ilorin sur, estado de Kwara, Nigeria. 15 de julio de 2017.

 

Source
AWID