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Realidades Feministas: una fuerza vital que brota a pesar de las adversidades

Actualizado 21 de febrero de 2020


Las realidades feministas florecen en todo el mundo, y nos guían hacia la transformación de nuestras comunidades. Dicen, «el cambio es posible, y está sucediendo ahora.»   

Sabemos que todos los días, en todas las regiones del planeta, las mujeres y las personas no binarias, de género no hegemónico y LGBTQI son despojadas de sus derechos en formas flagrantes, sutiles y violentas. Al mismo tiempo, el espíritu feminista de resistencia y regeneración liberadora nunca se extingue. Es una fuerza vital que brota, a pesar de las adversidades, en las grietas de nuestros sistemas de opresión globales: de Santiago a Sumatra Occidental, de Fuleni a Estambul. 

Personas y grupos de todo el mundo están desarrollando ideas y prácticas feministas para crear realidades feministas, que ponen en acción el poder de nuestros movimientos.

 


Chile: una escuela acogedora para niñxs trans

En Ñuñoa, al este de Santiago de Chile, la primera escuela para niñxs trans de América Latina recibe a niñxs que han sido acosadxs, excluidxs o que no se sienten cómodxs dentro de los sistemas educativos tradicionales. Treinta y siete estudiantes asisten a la escuela Amaranta Gómez, donde son libres de expandir y explorar sus experiencias como niñxs y adolescentes trans.

«Lxs estudiantes pueden desarrollar una visión crítica y constructiva de sus propios procesos, lo que les permitirá convertirse en agentes de cambio, enriquecidxs por las diversidades sociales, de género y socioculturales. La escuela es una experiencia única en Chile y América Latina», dice Evelyn Silva, la directora de la institución.

La escuela, que lleva el nombre de lx activista trans muxe Amaranta Gómez, lleva el derecho al acceso a la educación a otro nivel, al crear un espacio seguro que desafía al sistema patriarcal.

«Ser trans es ser tú mismx, y también confiar en ti mismx. Si quieres ser trans, puedes serlo, porque este es tu cuerpo», dice unx estudiante de la escuela Amaranta Gómez para niñxs trans.

Turquía: las «Olympiadxs Queer» de lx Atletik Dildoa

La reivindicación del derecho de las infancias, como así también de las personas adultas, a existir en el espacio público es un tema que también está presente en la ética de la Atletik Dildoa de Estambul. Este grupo de mujeres y personas LBGTI+ luchan por la visibilidad y el reconocimiento a través de los deportes, resistiendo de esta manera a la discriminación de género en el deporte.
Lxs integrantes de lx Atletik Dildoa señalan que en Turquía (como en muchos lugares del mundo) el fútbol es un ámbito predominantemente masculino, donde prevalece el sexismo y la homo/bi/transfobia. Ya adultxs, las mujeres y las personas LBGTI+ tienen grandes dificultades para encontrar un lugar en ese contexto, incluso cuando muchxs de ellxs jugaron al fútbol en su infancia.

Con la firme convicción de que practicar deportes es una manera poderosa de liberar nuestros cuerpos y celebrar la existencia colectiva, lx Atletik Dildoa organiza lxs Queer Olympix (Olympiadxs Queer) de Estambul, un evento anual que incluye desde vóleibol de playa, fútbol, tenis, acrobacia, ping-pong, canicas, petanca y salto en largo, hasta talleres y mesas redondas para compartir experiencias relacionadas con el deporte y para jugar juegos cuestionando y desafiando los obstáculos.

«Para nosotrxs, jugar juegos no es solamente una actividad para el tiempo libre, o una nostalgia de la infancia», dice unx de lxs organizadorxs de lxs Queer Olympix.

«Es el derecho lo que tratamos de ganar y proteger al exponernos en los campos de juego. Durante tres días, nuestro objetivo es crear un campo de deportes en el que las personas de cualquier género, edad y expresión corporal puedan sentirse cómodas.»

Indonesia: una cosecha de arroz feminista

El derecho a la tierra es un tema feminista, y las mujeres indígenas de Indonesia han encontrado formas creativas de unirse para resistir contra las corporaciones que les roban sus tierras ancestrales. Cuando una compañía maderera ocupó territorio indígena en los pueblos de Rukam y Sungai en la provincia de Jambi, en Sumatra Occidental, las mujeres se reapropiaron de esa tierra plantando arroz allí. Durante el gran festival de la cosecha, el panen raya, invitan a comunidades vecinas, a funcionarios del gobierno y a representantes de la compañía, para dar a conocer aquello por lo cual están luchando (su forma de subsistencia, simbolizada por el arroz), en lugar de aquello contra lo que están luchando (la compañía maderera).

Cuando un representante de la compañía maderera se presentó en la casa del líder comunitario con una gran bolsa de dinero, la esposa del líder se escabulló y despertó a las mujeres del pueblo. Ellas se agruparon alrededor de la casa con sus niñxs dormidxs en brazos, simplemente mirando en silencio al funcionario hasta que este se retiró.

Cuando un integrante de la comunidad fue falsamente acusado de entorpecer las operaciones de una compañía maderera, las mujeres del pueblo se entregaron a las autoridades junto con sus niñxs y sus animales domésticos (cerdos y gallinas), declarando que ellas eran las responsables. Su acción demoró la captura del acusado y permitió que la comunidad elaborara una estrategia de respuesta, impidiendo que la policía utilizara la violencia para apresarlo.

Las mujeres de Long Isun en lucha por las tierras ancestrales suelen decir «podemos parir a nuestrxs hijxs, pero no podemos parir tierras donde nuestrxs hijxs puedan vivir y sustentarse en el futuro», dice Martha Doq, directora de una ONG local que está asistiendo a la comunidad de Long Isun en su conflicto con una compañía minera.

 

Sudáfrica: plantando esperanza y salud

Frente a las usurpaciones de la mina de carbón para exportación, que contamina el medio ambiente y agota su suministro de agua, las mujeres de Somkhele y Fuleni han trabajado juntas para construir alternativas feministas para sus comunidades. La vida y las formas de subsistencia de las mujeres han sido afectadas por las prácticas de  minería sucia, que deseca aún más a una comunidad que depende de la tierra para su supervivencia, y que ya se veía afectada por la sequía.

Pero en los últimos dos años, las mujeres de Fuleni se han movilizado juntas para defender su derecho al agua, así como para recibir capacitación en agroecología para innovar con los métodos de agricultura adaptativa. Para esto último, recibieron el apoyo de WoMin, una alianza africana de género que trabaja contra el extractivismo. Juntas, quince mujeres están creando una cooperativa agrícola, organizándose para alimentar a sus familias y sostener sus medios de subsistencia a través de la venta de alimentos que ellas mismas han cultivado.

«Este proyecto agrícola realmente nos ha ayudado mucho. Cultivamos la tierra desde hace mucho tiempo, pero desde que la mina de carbón de Tendele comenzó sus actividades en 2006 en Somkhele, el agua se convirtió en un problema para nosotras. Ahora estamos haciendo lo que amamos hacer, lo que hacemos bien. Ahora nos hace felices saber que los alimentos que comemos con nuestras familias son 100% saludables», dice Khanyisile Mathe, de Fuleni.

 


Sigamos nutriendo estos brotes, ayudemos a que arraiguen y se extiendan hasta que la Tierra misma sea un ecosistema de realidades feministas, donde toda la vida pueda florecer en equilibrio, armonía, equidad y alegría.

Category
Análisis
Region
Global
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AWID