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Nosotras nos organizamos, nosotras nos financiamos

Este artículo es el primero de una nueva serie coordinada por AWID sobre la búsqueda de recursos autónomos para los movimientos feministas en todo el mundo.

La activista y socióloga Victoria Tesoriero brinda conmovedores ejemplos acerca de cómo lxs feministas de Argentina utilizan recursos autónomos como parte de sus masivas movilizaciones por los derechos reproductivos. Sus esfuerzos han reverberado en todo el país y el mundo, desde la «Marea Verde» por el derecho al aborto legal y seguro en Argentina hasta las demostraciones en espacios internacionales como el Festival de Cannes.

En vista de los continuos ataques contra los derechos reproductivos a nivel global, incluidas varias leyes amplias antiaborto aprobadas recientemente en los Estados Unidos, este artículo es un oportuno estudio acerca de cómo los recursos autónomos pueden habilitar acciones políticas potentes.


El movimiento de mujeres en Argentina es actualmente uno de los movimientos más fuertes de nuestro país, o quizá el más fuerte. Durante 2018 en el marco del debate sobre la legalización del aborto, se ha logrado movilizar a más de un millón de personas en varias oportunidades: el 8 de marzo, el 13 de junio y el 8 de agosto.  

Argentina es un país de renta media que no es prioridad para la cooperación internacional, ni para las agencias de financiamiento, donde las mujeres hemos encontrado formas alternativas de autofinanciamiento, muy ligadas al activismo y al avance de nuestras causas.

El objetivo de este artículo es contar la experiencia de algunos espacios del movimiento de mujeres en Argentina con respecto al autofinanciamiento y la generación de recursos, considerando la autogeneración de recursos como una estrategia feminista en búsqueda de la autonomía. 

En este artículo analizaremos dos experiencias concretas que cuentan con distintas estrategias de generación de recursos propios: el Encuentro Nacional de Mujeres y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito - dos espacios fundamentales de organización y construcción que ayudaron a tener unas articulaciones más estables y sirvieron para sumar activistas de distintas generaciones.

Los Encuentros Nacionales de Mujeres

Tras la vuelta de la democracia en Argentina, la instancia organizativa más grande la constituyen los Encuentros Nacionales de Mujeres (ENM). Ellos son todavía hoy y desde 1986, la mayor instancia de organización del movimiento de mujeres por la amplitud de su convocatoria. Año tras año logran que miles de activistas de todo el país se encuentren para debatir la agenda, las actividades, estrategias y alianzas del movimiento en general y el feminismo en particular. Los encuentros comenzaron cuando un grupo de mujeres feministas que participaron en la Tercera Conferencia Internacional de la Mujer en Nairobi, convocada por Naciones Unidas en 1985, tuvo la iniciativa de empezar a organizar encuentros nacionales donde se debatiera horizontalmente las demandas y las situaciones de diversas mujeres. El primer Encuentro Nacional de Mujeres se realizó en la Ciudad de Buenos Aires, y contó con alrededor de mil participantes de varios puntos del país. Desde entonces, en cada encuentro se define cuál será la próxima sede, y así ha ido recorriendo todas las provincias del país. Los encuentros se llevan adelante durante un fin de semana largo de octubre en cada año.

El debate sobre los recursos estuvo presente desde el primer momento en la organización del encuentro, cruzado por el debate más amplio sobre la autonomía del movimiento de mujeres y las organizaciones de mujeres no solo respecto a las financiadoras sino también con respecto a los partidos políticos. Se definió que los encuentros sean autogestionados, es decir, que cada mujer que quiera asistir se organice para conseguir los recursos para viajar.

Cada año, las mujeres de la ciudad donde se realizará el encuentro forman la Comisión Organizadora, que se encarga de hablar con los gobiernos de las ciudades donde se hace el encuentro para que pongan a disposición las escuelas públicas de la ciudad, para llevar adelante los talleres, y otras escuelas y predios públicos para que las mujeres puedan dormir de forma gratuita. El Encuentro requiere una inscripción con un costo muy bajo que garantiza alimentación y materiales para el encuentro siguiente inclusive. Durante el año, las mujeres en sus lugares se organizan para juntar el dinero del pasaje y los gastos que puedan tener en el viaje. Para esto hay distintas estrategias, desde la realización de “peñas”, que son cenas tradicionales con música folklórica o tradicional, donde se puede ir a comer y tomar algo, y cuyas ganancias en común van a pagar los microbuses que salen de distintos lugares. También se venden rifas, o se hacen ferias americanas donde se vende ropa usada para juntar dinero.

La autogestión garantiza la autonomía, algo muy valorado por el movimiento de mujeres en Argentina.

La autogestión garantiza la autonomía del encuentro, algo muy valorado por el movimiento de mujeres en Argentina. Actualmente, los encuentros nacionales de mujeres cuentan con la asistencia de alrededor de 100.000 participantes cada año

 

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

El ENM realizado en Rosario, provincia de Santa Fe, en 2003 marcó un punto de inflexión. Diez mil mujeres marcharon bajo la consigna “Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. En el año 2004 durante el ENM en la provincia de Mendoza, se acordó realizar una campaña de tres meses por la legalización del aborto, desde el 28 de mayo (día por la salud de las mujeres) hasta el 28 de septiembre (día de lucha por el aborto legal). Nuevamente el tema de la legalización del aborto unió voluntades y hegemonizó el reclamo culminando ese encuentro con una marcha de veinte mil mujeres bajo la consigna de “Aborto legal y seguro”. 

La Campaña Nacional elaboró un proyecto de ley que despenalizara y legalizara el aborto por decisión de la mujer hasta la semana 14 de gestación. Desde entonces año a año más organizaciones de distintos perfiles se fueron sumando al reclamo por el aborto legal. La política de alianzas fue y es una estrategia fundamental para la construcción de movimientos feministas, pero en este caso también está relacionada con los recursos, ya que las distintas organizaciones que integran la Campaña hacen aportes, por ejemplo, en forma de pasajes, salas para reuniones, escenarios y sonido para actos públicos y donaciones para confeccionar los pañuelos verdes, símbolos de la lucha por el derecho al aborto en nuestro país. 

La Campaña creció fortaleciendo alianzas con otras organizaciones, tanto organizaciones feministas como sindicatos, universidades, partidos políticos y organizaciones de base. Durante el proceso del debate en 2018, los sindicatos aportaron las carpas donde hacíamos las conferencias de prensa y paneles, ayudaron también aportando para el escenario y el sonido, otras organizaciones aportaron camisetas a precios más baratos y la pantalla que sirvió para la transmisión en vivo de la votación en el Congreso. Las reuniones previas para organizar las movilizaciones se hicieron en universidades, en salas del Congreso de la Nación o en oficinas de organizaciones que forman parte de la campaña. La cooperación internacional feminista aporta una cantidad módica de recursos para elaborar materiales o hacer pañuelos y algunas organizaciones también aportan recursos específicos para iniciativas puntuales en eventos determinados, o para alguna movilización. Aunque en algunas coyunturas esos recursos no son suficientes y nos llevan a redoblar esfuerzos para el autofinanciamiento. 

En el 2018 el debate sobre el aborto llega por primera vez, y luego de décadas de lucha, al Congreso de la Nación. El 13 de junio y el 8 de agosto se logró movilizar a más de un millón de personas cada vez en reclamo por este derecho en lo que se llamó la “marea verde”. Las alianzas con distintas organizaciones fueron la estrategia más productiva para el sostenimiento de todos los gastos que implicaron las movilizaciones, y en especial todo el año la necesidad de contar con recursos tanto para actos públicos como para materiales y viajes fue imperiosa.

Muy difícil por momentos, el autofinanciamiento es necesario a la hora de visibilizar los reclamos y organizarse.

 

Victoria Tesoriero

Estas dos experiencias muestran una particularidad del caso argentino, en donde el movimiento de mujeres tiene un aprendizaje sobre lo que significa un autofinanciamiento: muy difícil por momentos, pero necesario a la hora de visibilizar los reclamos y organizarse porque, en muchas ocasiones, hay coyunturas específicas que requieren una rápida acción de respuesta y es necesario contar con recursos de manera inmediata.

En muchas circunstancias es necesaria una ausencia de condicionamientos para poder decidir dónde poner la fuerza en cada momento, es necesario tener flexibilidad para los gastos que se requieren. Si bien hay acciones que no se pueden llevar a cabo por falta de recursos, muchas otras sí. En algunas situaciones la falta de recursos implica un límite al crecimiento pero otras veces, es posible superar ese límite. 

En el caso particular del Encuentro Nacional de Mujeres, el autofinanciamiento es una bandera del encuentro y pone el foco en la autonomía de las mujeres como un capital político. Hemos aprendido a funcionar con pocos recursos y valoramos la posibilidad de organizarnos rápidamente para conseguirlos utilizando las alianzas con otras organizaciones, lo que pueda aportar la cooperación internacional y nuestra creatividad para llevar adelante todas las acciones necesarias en búsqueda de más derechos.

 

 

Category
Análisis
Source
AWID