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Militarism, Violence and Conflict – How Women Bear the Brunt of War

NOTAS DE LOS VIERNES: El militarismo, el conflicto y la violencia están incrementándose y tienen una gama de impactos específicos de género. Un mayor gasto en defensa, armas y seguridad suele significar que se recorta la inversión en servicios sociales. En el contexto del militarismo y el conflicto, también la violencia contra las mujeres se intensifica y los ataques contra defensoras de los derechos humanos de las mujeres aumentan y se normalizan cada vez más.

Mavic Cabrera-Balleza

AWID conversó con Mavic Cabrera-Balleza[1] sobre los vínculos entre las crisis mundiales, el militarismo, el conflicto y la perpetuación de la violencia contra las mujeres.

Este artículo es parte de una serie de Notas de los Viernes que examina algunos de los asuntos y debates relacionados con el tema del Foro Internacional AWID 2012 y establece conexiones entre las cuestiones de derechos de las mujeres y el poder económico.

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AWID: ¿Cuáles impactos ha tenido el contexto global de múltiples crisis – económica , financiera, alimentaria, hídrica y medioambiental – sobre el militarismo y la perpetuación de la violencia contra las mujeres en todo el mundo?

Mavic Cabrera-Balleza (MCB): Aquí hay dos factores clave – el uso del “poder sobre el otro” (que en este caso son las mujeres) como principio predominante en las estrategias y campañas militares, y el uso de la violencia contra las mujeres como mecanismo para impedir que ellas se opongan a las estructuras que perpetúan las crisis.

El uso de la violencia contra las mujeres como parte de la estrategia militar es ahora más evidente, como se ha visto con el uso de la violación como arma de guerra en varios países, incluyendo Bosnia y Herzegovina y la República Democrática del Congo. También hay muchos ejemplos de violencia contra mujeres que se pronuncian contra la codicia corporativa y las desigualdades sociales, las condenan y exigen protección social en medio de las crisis. Muy recientemente, mujeres de la comunidad de Borei Keila en Camboya fueron golpeadas y arrestadas por fuerzas policiales camboyanas debido a su acción pacífica para exigir sus derechos a tierra y vivienda y oponerse a los desalojos forzados.

Por otro lado, las numerosas crisis mundiales propiciaron que los movimientos sociales y el movimiento de mujeres repensáramos, innováramos y consolidáramos nuestras respuestas a los problemas agravados por las crisis – incluyendo el militarismo y la violencia contra las mujeres. La Primavera Árabe y el movimiento Ocupa Wall Street son sólo dos de los ejemplos recientes y concretos de personas que se unieron para idear múltiples respuestas socialmente progresistas a las múltiples crisis mundiales.

Las activistas por la paz también estamos participando en el activismo transnacional y generando solidaridad en diversos temas y espacios geopolíticos. Invertimos tiempo, esfuerzos y recursos para gestionar nuestras identidades y agendas políticas y forjar vínculos con quienes comparten nuestras metas, valores y principios fundamentales. La adopción de las Resoluciones 1325 y 1820 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) y las tres otras resoluciones de apoyo, así como la actual incidencia en torno a la Recomendación general del Comité de la CEDAW sobre las mujeres en situaciones de conflicto y post-conflicto, son resultados y evidencia de tales esfuerzos por generar solidaridad y vincular los asuntos que las mujeres enfrentan en comunidades directamente afectadas por el conflicto con los de otras mujeres en similares situaciones afectadas por conflictos en el mundo.

AWID: En tu opinión, ¿cuáles son los vínculos entre la globalización neoliberal, la violencia contra las mujeres y la militarización?

MCB: La globalización neoliberal provocó un incremento de la pobreza a una escala que nunca antes habíamos visto. Las desigualdades en el ingreso han aumentado drásticamente tanto dentro de los países como entre ellos. Y dado que las mujeres representan porcentajes desproporcionados de la gente pobre del mundo, eso exacerba aun más su vulnerabilidad a la violencia y todas las otras formas de abuso.

Además, la globalización neoliberal ha socavado los derechos de las personas y conducido a que los Estados abandonen su responsabilidad de proporcionar servicios sociales básicos. De nuevo, las mujeres son las primeras en verse afectadas negativamente por ello. Su salud está en peligro pues tienen un menor acceso a los servicios de salud gubernamentales. También se ha reducido el acceso de las mujeres y las niñas a la educación. Sus derechos al sustento, al empleo y otros derechos económicos se han disminuido. Dicho de otra manera, las políticas neoliberales fortalecieron aun más las estructuras y los sistemas sociopolíticos y económicos existentes en formas que refuerzan las desigualdades de género que hacen a las mujeres y las niñas más vulnerables a la violencia, particularmente a las que viven en la pobreza, las que están en situaciones afectadas por conflictos, las migrantes, las indígenas y las que pertenecen a minorías raciales, étnicas y religiosas.

La militarización suele ser la respuesta de los Estados y las corporaciones a la resistencia. Con frecuencia colaboran en sus acciones y a veces actúan independientemente, pero usan el aparato estatal – como la policía y el ejército – para disciplinar, criminalizar y controlar a las mujeres y a otros grupos marginados que se oponen a las políticas neoliberales.

AWID: ¿Cómo sería una estrategia alternativa de desarrollo basada en la justicia económica, medioambiental y de género?

MCB: El punto de partida de una estrategia alternativa de desarrollo son objetivos sociales como la reducción de la pobreza y los derechos a la salud, la educación, un medio ambiente limpio y una paz duradera. Tal estrategia está centrada en las personas y se basa en los derechos y las necesidades. No es impulsada por el deseo de crecimiento económico ni por la expansión del mercado. Requiere un enfoque desde abajo hacia arriba que implica el uso óptimo de los recursos y se sustenta en los contextos socioculturales y políticos de los países y las comunidades, respetando al mismo tiempo la legislación y las políticas internacionales de los derechos humanos. Tiene en cuenta tanto los recursos humanos, naturales y tecnológicos como la situación del medio ambiente.

Es importante señalar que los movimientos de mujeres y sociales no sólo estamos oponiendo resistencia al neoliberalismo y el sinfín de problemas que éste acarrea. También estamos identificando alternativas, formulando y desarrollando soluciones y, en varios casos, oportunidades. No estamos empezando desde cero cuando hablamos de una estrategia alternativa de desarrollo. Ya existen buenas iniciativas a partir de las cuales podemos trabajar y aprender lecciones, iniciativas que podríamos modificar, replicar y usar como componentes para elaborar una estrategia alternativa de desarrollo más inclusiva y holística. Los grupos de mujeres y otros actores de la sociedad civil hemos formado parte de iniciativas auténticas por un comercio justo; cooperativas de medios de vida y agricultura; y programas de atención primaria de salud basados en la comunidad, entre otros.

AWID: La Resolución 1325 sobre las mujeres, la paz y la seguridad es uno de los mandatos internacionales más importantes que cubre la participación plena e igualitaria de las mujeres en todas las iniciativas relacionadas con la paz y la seguridad. ¿Cómo aborda la Resolución la autonomía económica de las mujeres? En tu opinión, ¿cuáles son las brechas en esta área?

MCB: La Resolución 1325 o el propio Consejo de Seguridad no aborda el asunto de la autonomía económica de las mujeres,[2] lo cual refleja la compartimentación de las estructuras y mandatos de la ONU. Según la Carta de las Naciones Unidas, la función primordial del Consejo de Seguridad es mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los principios y propósitos de la ONU. El Consejo Económico y Social (ECOSOC) es el principal órgano que coordina el trabajo económico, social y conexo en la ONU. El ECOSOC es el foro central para discutir asuntos económicos y sociales internacionales y formular recomendaciones de políticas dirigidas a los Estados Miembros y al sistema de la ONU.[3]

La falta de atención a los vínculos entre los recursos financieros y en especie, el empleo, los medios de vida y la seguridad humana en la agenda de las mujeres, la paz y la seguridad es una gran preocupación para nosotras. Ésta es la razón por la cual la Red Global de Mujeres Constructoras de la Paz (GNWP) y Cordaid iniciamos el estudio Presupuestando y financiando la implementación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, así como discusiones sobre la autonomía económica de las mujeres en entornos afectados por el conflicto.

AWID: ¿Cuáles son las consecuencias del gasto militar para la seguridad de las mujeres?

MCB: Primero debemos aclarar de cuál concepto de seguridad estamos hablando – y hay dos conceptos de seguridad que son pertinentes en el contexto de nuestra discusión: seguridad nacional[4] y seguridad humana[5].

Las activistas por la paz somos partidarias del concepto de la seguridad humana. Desde esta posición podemos decir rotundamente que el gasto militar apoya esfuerzos bélicos que sacrifican la seguridad de las mujeres. Además, el gasto militar absorbe los fondos que podrían alimentar, vestir y educar a mujeres y niñas y en el proceso ayudarían a garantizar su seguridad. Se calcula que el gasto militar mundial en 2010 fue de $1630 mil millones. La región donde más aumentó el gasto militar fue Sudamérica, con un incremento del 5.8 por ciento, llegando a un total de $63.3 mil millones, según datos publicados el 11 de abril de 2011 por el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo.

El gasto público refleja valores sociales fundamentales y prioridades nacionales. Cuando los Estados limitan el gasto social a favor de los ejércitos, esto indica que están infravalorando la seguridad humana y el desarrollo humano pleno, incluyendo las contribuciones de las mujeres y sus funciones sociales. La participación plena de las mujeres en la asignación presupuestaria y la fiscalización del gasto público es necesaria para cambiar el patrón del gasto público y dirigirlo hacia las necesidades sociales.

AWID: En opinión de muchas personas, guerra es equivalente a empleo (en las fuerzas armadas y de seguridad, etc.), pero también se la vincula a contratos costosos y corrupción. ¿Cómo se aplica esto a las mujeres y repercute sobre ellas?

MCB: Guerra=empleos=“desarrollo” es una ecuación falsa. Lo que la mayoría de países gasta en guerra va más allá de lo que puede darse el lujo de invertir y como resultado se generan deudas públicas. No tiene sentido para ninguna economía invertir en la fabricación y compra de armas, balas y bombas los recursos que podrían usarse para alimentar, vestir y educar a la gente, construir viviendas y mitigar el impacto de la degradación medioambiental. Además, la producción y venta de armas, tanques, barcos y otros armamentos militares no facilitan el intercambio de bienes ni obedecen a las leyes del mercado, ya que son adquiridos o comercializados directamente por los Estados. Tampoco debemos olvidar el costo humano de las guerras en lo que se refiere a muertes y desplazamientos, ni los otros costos financieros de la atención médica y las pensiones por discapacidad para actuales y futuros veteranos de guerra.

Las mujeres no se han beneficiado del negocio de la guerra. Ellas sobrellevan la carga de la guerra. Mujeres, niñas y niños constituyen el 80 por ciento de víctimas de las guerras. Debemos educar a nuestros públicos respecto a los múltiples impactos de la guerra y cómo ésta trunca el crecimiento de la economía productiva y el desarrollo genuino de las sociedades.


Notas:

  1. Coordinadora Internacional, Red Global de Mujeres Constructoras de la Paz (GNWP) y socia de programas de la Red Internacional de Acción de la Sociedad Civil (ICAN).

  2. Ver: Annalise Moser, Las mujeres cuentan – La Resolución 1325 del Consejo de Seguridad: Informe de monitoreo de la sociedad civil. Nueva York: Red Global de Mujeres Constructoras de la Paz (GNWP), octubre de 2010.

  3. El ECOSOC es responsable de: promover niveles de vida más altos, empleo pleno y progreso económico y social; identificar soluciones a los problemas económicos, sociales y sanitarios internacionales; facilitar la cooperación cultural y educativa internacional; y promover el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todas las personas.

  4. “‘Seguridad nacional’ es un término corporativo que cubre tanto la defensa nacional como las relaciones exteriores de Estados Unidos. Se refiere a la protección de una nación contra ataques u otro peligro manteniendo fuerzas armadas adecuadas y resguardando los secretos de Estado. El término ‘seguridad nacional’ abarca la seguridad económica, seguridad monetaria, seguridad energética, seguridad militar, seguridad política y seguridad de los recursos energéticos y naturales” (Fuente: USLegal.com, Ley y definición legal de seguridad nacional).

  5. La Comisión de Seguridad Humana define la seguridad humana como “protección del núcleo vital de todas las vidas humanas de forma que se mejoren las libertades humanas y la realización de las personas. La seguridad humana significa proteger las libertades fundamentales, aquellas libertades que son la esencia de la vida. Significa proteger a las personas de situaciones y amenazas críticas (graves) y más presentes (extendidas). Significa utilizar procesos que se basen en las fortalezas y aspiraciones de las personas. Significa crear sistemas políticos, sociales, medioambientales, económicos, militares y culturales que, de forma conjunta, aporten a las personas los fundamentos para la supervivencia, el sustento y la dignidad” (Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad de los Seres Humanos. Teoría y práctica de la seguridad humana, pág. 6).

 

Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 24 de febrero de 2012. Título original: ‘Militarism, Violence and Conflict – How Women Bear the Brunt of War’

Traducción: Laura E. Asturias

Category
Análisis
Region
Global
Source
AWID