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"Más allá de BlackRock: Desafiando las Asociaciones Corporativas de la ONU"

La justicia económica feminista debe pesar más que los beneficios de las inversiones de ONU Mujeres

El 23 de agosto de 2022, lxs feministas detrás de la campaña #BlockBlackRock se reunieron con representantes de ONU Mujeres para expresar su preocupación por la asociación anunciada con la mayor empresa de inversión del mundo, BlackRock, y con el enfoque más amplio de las asociaciones corporativas.

Durante esta reunión, Lopa Banerjee, Directora de la División de la Sociedad Civil de ONU Mujeres, y otrxs representantes de ONU Mujeres declararon que habían escuchado las preocupaciones y que habían puesto fin a la asociación con BlackRock. Antes de esta reunión, ambas directoras adjuntas de ONU Mujeres se reunieron con miembrxs de la Coalición de Acción por la Justicia y los Derechos Económicos en respuesta a su carta sobre el Memorando de Entendimiento de BlackRock, en la que se pedía que el Memorando se hiciera público. La Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, que lleva un año en su cargo, no se ha reunido con la sociedad civil ni con los medios de comunicación sobre este asunto.
 
Esta decisión fue provocada por una serie de acciones organizadas por un colectivo de feministas y aliadxs de otros movimientos sociales bajo los auspicios de #BlockBlackRock, que enviaron a ONU Mujeres una carta pública firmada por más de 700 organizaciones de derechos de las mujeres, activistas feministas y aliadxs. El colectivo también organizó un evento público en línea que puso en un contexto más amplio por qué ONU Mujeres necesita repensar su enfoque sobre las asociaciones corporativas y sobre cómo lograr justicia económica para las mujeres.
 
Como feministas que crearon la campaña #BlockBlackRock, nos sentimos aliviadxs de que la asociación con Blackrock haya terminado. La asociación de ONU Mujeres con una empresa de un billón de dólares conocida por priorizar los beneficios sobre los derechos humanos y que apoya las inversiones en los principales contribuyentes a la crisis climática era antitético para la búsqueda colectiva de los derechos de las mujeres y la igualdad de género.

Aunque celebramos esta victoria, nuestra lucha no ha terminado.

  • Seguimos preocupadxs por la ausencia de un enfoque de justicia económica feminista sólida y sistémica que guíe el análisis macroeconómico de ONU Mujeres y su manera de abordar asociaciones con el sector privado. Frente a la abrumadora evidencia que muestra cómo nuestras actuales estructuras económicas globales están diseñadas para privilegiar los intereses de las élites corporativas por encima de los imperativos de justicia social y ambiental; pedimos a ONU Mujeres que comparta, como punto de partida para su estrategia del sector privado, la evidencia que han colectado que demuestra cómo la colaboración corporativa es una estrategia más efectiva que la responsabilidad y  regulación corporativa así como la construcción del poder colectivo de lxs trabajadorxs - todos los cuales se oponen a los intereses corporativos.
  • Del mismo modo, pedimos a ONU Mujeres que realice un análisis sólido de su hipótesis de que la "inversión con enfoque de género" y los "bonos de género", que figuran en el plan estratégico de ONU Mujeres para 2022-2025, pueden hacer avanzar la igualdad de género. La asociación con BlackRock tenía como objetivo "cooperar en la promoción del crecimiento de la inversión con enfoque de género", sin embargo, todavía no hemos sido testigos de los cambios transformadores que surgen de la inversión de impacto de género o de cualquier impacto que justifique los niveles existentes de entusiasmo por esta idea entre nuestrxs aliadxs dentro del sistema de la ONU.
  • Nos preocupa que la historia siga repitiéndose en ONU Mujeres y en el sistema de la ONU en general. Ya ha habido varios casos de asociaciones con el sector privado mal concebidas, incluida una asociación con Uber en 2015 que también se canceló después de una campaña de la sociedad civil, y esto apunta a la falta de procedimientos de diligencia debida, incluida la evaluación de riesgos y las estrategias de mitigación. Además de establecer procedimientos sólidos, pedimos a ONU Mujeres que inicie un proceso de aprendizaje de lecciones sobre las asociaciones con el sector privado y que fundamente su estrategia del sector privado en el análisis y las experiencias de economistas feministas, movimientos feministas y movimientos de trabajadorxs.
  • Seguimos preocupadxs por el secretismo y la opacidad con que ONU Mujeres ha manejado el Memorando de Entendimiento con BlackRock. ONU Mujeres se ha negado a compartir sus motivaciones y objetivos para participar en una asociación con BlackRock, y por qué esta empresa de inversión fue considerada apropiada para lograr esos objetivos. Se nos dijo que los memorandos de entendimiento no pueden hacerse públicos. Esta falta de transparencia por parte de una institución de la ONU es desconcertante y contraria a sus propios llamamientos a "tomar medidas para prevenir los daños a los derechos humanos derivados de la participación política de las empresas". Los memorandos de entendimiento secretos y otros tipos de requisitos de no divulgación son prácticas exportadas del mundo del comercio con el fin de proteger la ventaja competitiva. ¿Es esto apropiado en el contexto del trabajo y los objetivos de la ONU? Además, el enorme y fenomenal tamaño de la cartera de BlackRock -el hecho de que supere el PIB de muchos países juntos- hace que la noción de un memorando de entendimiento secreto sea alarmante e inapropiada. Un Memorando de Entendimiento secreto con un actor tan extremadamente poderoso tiene implicaciones de interés público que anulan cualquier beneficio corporativo que pueda obtener la empresa de un acuerdo con una entidad de la ONU.

En un momento en el que movimientos de todo el mundo, como La Vía Campesina, No Tech for ICE, Feministas por un Tratado Vinculante y otrxs, están desafiando el poder corporativo y las estructuras que apuntalan los intereses del sector privado, ONU Mujeres debe ser una defensora de las agendas feministas y asociarse con economistas y activistas feministas para trazar propuestas alternativas feministas que se centren en las economías solidarias. Como defensorxs de la justicia económica feminista, seguiremos vigilando e interrogando la estrategia de ONU Mujeres con el sector privado.

Nuestras preocupaciones no son exclusivas de ONU Mujeres; a medida que disminuyen las contribuciones de los Estados, también nos alarman las formas en que el sistema de la ONU corre cada vez más el riesgo de ser capturado por intereses corporativos. Ahora que la Asamblea General de la ONU comienza su período de sesiones este mes, insistimos en la necesidad de un multilateralismo feminista, centrado en las personas, que dé prioridad a los derechos humanos y a la justicia social por encima de los beneficios empresariales.

A continuación se presentan algunos recursos que profundizan en cuestiones específicas relacionadas con el poder corporativo:

 
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