El 5º tributo en línea de AWID a lxs defensorxs de derechos humanos que han muerto en los últimos años, conmemora a sesenta feministas y activistas. Treinta y ocho de estxs defensorxs murieron violentamente, y fueron asesinadxs debido a quiénes eran, por sus identidades y por los derechos que defendían.
Las biografías que fueron enviadas a AWID incluyen los siguientes hechos:
…Asesinadx con disparos a quemarropa, violadx y asesinadx brutalmente, golpeadx, destruyeron su casa, asesinadx con un coche bomba, raptadx, su muerte fue considerada un crimen de odio, recibió amenazas de muerte, apuñaladx, desaparecidx, murió por heridas de bala, asesinadx, asesinadx a tiros frente a sus hijxs, reportadx ausente, las circunstancias de su muerte son imprecisas, atacada sexualmente y asesinadx, apedreadx hasta la muerte, secuestradx, torturadx y ejecutadx públicamente, mensaje dejado por una banda criminal junto a su cuerpo, se le negó tratamiento médico adecuado, asesinadx por personas armadas no identificadas ...
Estos crímenes no son coincidencias, y durante los cinco años que AWID ha honrado a lxs defensorxs de derechos humanos que han muerto, hemos visto un aumento alarmante en el número de activistas asesinadxs o desaparecidxs como resultado directo de su activismo. Aunque todxs las defensorxs de derechos humanos están en riesgo hasta cierto punto, ha habido una tendencia de incremento de la violencia contra ciertos grupos de defensorxs. En el Tributo de este año alrededor del 65% de aquellxs que fueron asesinadxs formaban parte de uno o más de los siguientes grupos: activistas por la justicia ambiental, periodistas, activistas de derechos indígenas, defensorxs de los derechos de las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans, queer e intersex (LGBTQI) y defensorxs de los derechos de lxs trabajadorxs sexuales. Por ejemplo, provenientes solo de Honduras, AWID conmemoró a seis defensorxs de derechos humanos asesinadxs ya sea por trabajar para proteger los derechos indígenas y ambientales o los derechos de personas trans y LGBQI. Entre lxs defensorxs que hemos conmemorado este año se encuentran once periodistas asesinadxs.
Riesgo específico al contexto
La organización Protection International afirma que «vulnerabilidad significa el grado en que las personas son susceptibles a la pérdida, daño, sufrimiento y muerte en caso de un ataque. Esto varía para cada persona o grupo defensor y cambia con el tiempo». La violencia que enfrentan lxs defensorxs de derechos humanos es multifacética y global, con un contexto regional, social y político específico que afecta los niveles de riesgo enfrentados por lxs activistas. Para los grupos antes mencionados, las amenazas y vulnerabilidades son mayores que las capacidades de protección existentes, lo que resulta en un aumento correspondiente en el riesgo para estos grupos de defensorxs.
Durante tres años Nilce de Souza Magalhães se opuso a la construcción de una represa en el noroeste de Brasil, que le robaría a la comunidad donde se encuentra su hogar y les forzaría a trasladarse a un lugar sin agua potable ni electricidad. Ella desapareció en enero de 2016 y su cuerpo fue encontrado más tarde, en junio del mismo año. Berta Cáceres, una mujer lenca de Honduras, luchó en contra del mayor constructor de represas del mundo por proteger al río Gualcarque y a los pueblos indígenas que amaban y vivían al lado del río. Berta Cáceres fue asesinada en marzo de 2016 tras numerosas amenazas de muerte.
Quienes cometen estos crímenes contra activistas ambientales y de derechos indígenas en su mayoría no son arrestadxs, y rara vez hay rendición de cuentas por parte de las corporaciones y actores estatales que se sospecha son los responsables de estos asesinatos. Antes de su muerte, Berta Cáceres había declarado en 2014 que las alianzas patriarcales entre corporaciones, Estados e instituciones represivas provocaron una arremetida de violencia que «... es tres veces peor para una mujer indígena». Para lxs defensorxs de personas trans y LGBQI, especialmente en países donde se violan y amenazan los derechos de la Orientación Sexual e Identidad y Expresión de Género (SOGIE por sus siglas en inglés), donde la sociedad es ampliamente homofóbica y transfóbica, y donde la falta de protección legal es crónica, hay múltiples vulnerabilidades y un mayor riesgo de ser el blanco no sólo debido al tipo de trabajo que realizan, sino también por sus identidades.
Hande Kader, unx activista trans, trabajadorx sexual y defensorx de los derechos LGBTQI en Turquía, luchó contra la discriminación y la persecución en su país. En agosto de 2016 fue brutalmente violadx y asesinadx. Al igual que Hande, Alesha unx activista trans de Pakistán, que defendió los derechos de las personas trans, recibió varios disparos en mayo de 2016 y, después de habérsele negado el tratamiento médico apropiado, murió a causa de las lesiones sufridas.
Otro grupo de defensorxs de derechos humanos que con más frecuencia enfrenta amenazas en todo el mundo, son quienes trabajan como periodistas, especialmente en ámbitos inestables y de conflicto. En estos contextos, lxs periodistas activistas experimentan violencia como resultado de investigar crímenes, descubrir abusos a los derechos humanos, denunciar la corrupción de los gobiernos, el abuso de autoridad y las daños producidos por ciertas estructuras políticas.
En Filipinas, la periodista Melinda "Mei" Magsino fue conocida por exponer las irregularidades políticas que pusieron al descubierto la corrupción y las injusticias en su provincia. Melinda fue asesinada a disparos por un desconocido. Elisabeth Blanche Olofio, periodista radialista de la República Centroafricana, trabajó en un centro de medios comunitario difundiendo información a una población para la cual la radio es una de las principales fuentes de noticias, en un país que ha sido marcado por conflictos y violencia en los últimos años. Elisabeth murió a causa de las heridas provocadas por un ataque de los rebeldes de Séléka, en junio de 2014.
¿Quién protege a quienes defienden nuestros derechos?
Muy a menudo, los Estados fallan en proteger adecuadamente a lxs defensorxs de derechos humanos, aún cuando tienen la obligación de hacerlo en virtud del derecho internacional. Un informe de 2016 de AWID y el Solidarity Center muestra que, al contrario, la confabulación entre los actores corporativos y la élite política es fortalecida por estructuras estatales tales como la policía y el ejército. El creciente poder de los intereses corporativos es un desafío urgente que repercute de forma opresiva, y en algunos casos letal, en los derechos de las comunidades y lxs defensorxs que luchan por los derechos humanos y la justicia. Los Estados deben centrarse y priorizar los derechos humanos por encima de los intereses corporativos.
Lxs donantes que apoyan el trabajo de lxs defensorxs de derechos humanos también necesitan proveer recursos adecuadamente, y dar apoyo a los mecanismos de protección más allá de las necesidades inmediatas de seguridad física. El bienestar y el cuidado de lxs defensorxs de derechos humanos es político y esencial, y debe financiarse plenamente como parte de un enfoque holístico de la seguridad y la protección.
Los movimientos feministas, de derechos humanos y de justicia social, también deben seguir construyendo solidaridad unos con otros, ampliando nuestros llamados a la seguridad, la protección y el autocuidado colectivo en nuestras agendas políticas. El Tributo de AWID a lxs defensorxs de derechos humanos es una contribución a la memoria colectiva y un reconocimiento a lxs defensorxs, a nuestras luchas; y nos recuerda que debemos honrar a lxs defensorxs que hemos perdido y proteger a lxs que están vivxs defendiendo nuestros derechos.
El Tributo en línea de 2016 a las defensorxs de derechos ha sido creado en conjunto con diversas feministas, activistas y organizaciones que contribuyeron con la información sobre lxs defensorxs que han fallecido o que han sido asesinadxs recientemente. El Tributo de este año conmemora a lxs activistas que perdimos entre septiembre de 2014 y noviembre de 2016.